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sábado, 13 de noviembre de 2010

Carta de una Madre, a la Madre de un MALANDRO

Carta de una Madre, a la Madre de un MALANDRO

Hace poco, las madres de PANDILLEROS encarcelados realizaron una

manifestacion exigiendo los "DERECHOS" de sus hijos. ¡Hay que ver que

hay gente descarada!

Acá esta la respuesta de una madre ciudadana hacia la madre que protestaba...







DE MADRE A MADRE:



Vi tu enérgica protesta delante de las camaras de TV en la reciente

manifestación en favor de la reagrupación de presos y su transferencia

a cárceles cercanas a sus familiares, y con mejores prestaciones.



Vi cómo te quejabas de la distancia que te separa de tu hijo y de lo

que supone económicamente para tí ir a visitarlo como consecuencia de

esa distancia.



Vi también toda la cobertura mediática que dedicaron a dicha

manifestación, así como el soporte que tuviste de otras madres en la

misma situación y de otras personas que querían ser solidarias contigo

y que contabas con el apoyo de algunas organizaciones y sindicatos populistas,

comisiones pastorales, órganos y entidades en defensa de los derechos

humanos, ONGs etc. etc.



Yo tambien soy madre y puedo comprender tu protesta e indignación.



Enorme es la distancia que me separa de mi hijo.



Trabajando mucho y ganando poco, idénticas son las dificultades y los

gastos que tengo para visitarlo. Con mucho sacrificio solo puedo

visitarlo los domingos porque trabajo incluso los sábados para el

sustento y educación del resto de la familia.







Felizmente, también cuento con el apoyo de amigos, familia, etc.



Si aún no me reconoces, yo soy la madre de aquel joven que se dirigía

al trabajo con cuyo salario me ayudaba a criar y mandar a la escuela a

sus hermanos menores, y que fue asaltado y herido mortalmente a

balazos disparados por tu hijo.



En la próxima visita, cuando tu estés abrazando y besando a tu hijo en

la cárcel yo estaré visitando al mio y depositándole unas flores en su

tumba, en el panteón.



¡Ah! Se me olvidaba: ganando poco y sosteniendo la economía de mi

casa, a través de los impuestos que pago, tu hijo seguirá durmiendo en

un colchón y comiendo todos los dias. O dicho de otro modo: seguiré

sosteniendo a tu hijo malhechor.



Ni a mi casa, ni en el cementerio, vino nunca ningún representante de

esas entidades que tan solidarias son contigo para darme apoyo ni

dedicarme unas palabras de aliento.

¡Ni siquiera para decirme cuales son MIS DERECHOS!





¡Si estás de acuerdo con esta carta, hazla circular!



Quizás entre todos podamos revertir estos valores que existen en

nuestro país donde los delicuentes tienen más derechos que los

ciudadanos honrados y trabajadores que solo queremos vivir en paz.



¡LOS DERECHOS HUMANOS SON PARA HUMANOS DERECHOS!