Piedra de tranca: El pasado que no existió
por DIARIO VEA
Domingo 14 de Marzo de 2010 21:53
CADA VEZ QUE ESTE ESCRIBIDOR se torna memorioso y se vuelca mentalmente sobre el pasado, recuerda cómo un cierto liderazgo de la izquierda clamaba por los principios e invocaba la audacia de pensar para tocar el cielo. Recuerda la voluntad para asumir la acción rebelde, no en abstracto, sino en función de la causa de la liberación nacional. Eran tiempos de recios combates, de las FALN y de las UTC. De los combates contra el betancourismo cipayo. Contra el perecismo represor. Contra el calderismo fascistoide. Contra el reformismo complaciente. Contra los agentes del imperio. Contra la burguesía apátrida. Tiempos de dionisíaco desbordamiento libertario. De amor por la revolución cubana. De defensa de los logros de la Unión Soviética y del culto a la epopeya de Vietnam. Del peregrinar de delegaciones por el campo socialista y de muchas otras cosas.
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TIEMPOS CUANDO SE DESAFIÓ LA TORTURA y el asesinato por los cuerpos policiales imbuidos por la noción represiva que puso de moda Carlos Andrés Pérez. Tiempos de la cubanización de signo inverso, aquella que convirtió a la DIGEPOL, luego DISIP, en coto cerrado de agentes anticastristas, del detritus mayamero, con Orlando García, Posada Carriles, el "Mono" Navarrete y muchos otros. Tiempos del mundo concentracionario de los TO, con desaparecidos y torturados hasta la muerte. Tiempos, también, cuando se hizo propaganda electoral reivindicando a la patria frente al entreguismo, y señalando como blanco -en afiches- a Eugenio Mendoza, patriarca del mundo empresarial, y a Betancourt y Caldera como sus ideólogos.
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PERO TODO QUEDÓ ARRUMBADO en el desván de las cosas viejas. De las que son despreciadas. De las que se huye para no recordar. O de las que, de pronto, irrumpen como fantasmas cuando el ánimo cede a la presión de hechos innombrables. ¿Cuántos de ese liderazgo resisten hoy el escrutinio de la memoria? Parte importante no quiere saber nada de ese pasado. Le huele a azufre. Lo silencian o, simplemente, abjuran de él. El imperio para ellos ya no existe. Betancourt es el padre de la democracia. AD y COPEI son modelos de partido. Los gobiernos de Punto Fijo constituyen la verdadera expresión de participación popular. No hubo torturadores ni torturados; no hubo desaparecidos ni funcionarios militares y civiles que los desparecieron; no hubo teatros de operaciones ni isla del Burro; no hubo entrega del petróleo a las transnacionales ni privatizaciones lesivas al patrimonio nacional; no hubo censura de prensa ni periodistas presos; no hubo, en fin, pasado. Atrás quedó la nada. La obscuridad más obscura.
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QUEDARON LOS MILES que fueron al combate por orden de los que hoy viven en la amnesia total. Esa legión de sacrificados no existe. A lo sumo se trata de una pesadilla que acecha en las noches de insomnio, en calidad de seres relegados a la condición de un uso utilitario: Se sacrificaron porque tenía que ser así. Porque hay los que mandan a otros al sacrificio y los que fatalmente se sacrifican. Y un liderazgo se salva para consumar el olvido que equivale a la más despreciable forma de traición. ¿Para qué mencionar nombres? No vale la pena. Cada uno tiene, en lo profundo del alma, algún sentimiento de culpa. No es que no exista el derecho a rectificar, pero hay que hacerlo con dignidad. Al fin y al cabo se trata de seres humanos y la historia es otra cosa. Para ellos aparentemente ésta no existe. Aún cuando los pueblos sí están conscientes de que existe. RIP.-
Fuente Diario VEA