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viernes, 12 de febrero de 2010

Piedra de tranca: ¡Tas ponchao!, Ravell

Escrito por DIARIO VEA


Jueves 11 de Febrero de 2010 23:48


CÓMO GOZA UNO como espectador de la política. Observando y comentando lo que pasa en ese mundo de heroísmos y vilezas, de lealtades y de traiciones. Mundo de zancadillas, de insólitas emboscadas. De valores y de anti-valores.


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INTUÍA ESTE ESCRIBIDOR que algo se iba a producir en el mundo de la noticia. Que un personaje que le ha hecho mucho mal al país, y, sobre todo al periodismo, que le ha inoculado a un sector de venezolanos el odio más podrido, estaba en la parilla. Cocinándose a fuego lento. En su propia salsa: el desparpajo, la villanía, el chantaje, la utilización del medio para satisfacer sus complejos, sus ansias de dominar la política y de controlar políticos. Claro está, siempre desde afuera, sin mojarse el culo haciendo trabajo de masas. Sin visitar barrios. Sin hacer lo que suelen hacer los profesionales de la política, ese quehacer cotidiano arduo, difícil, duro. Pero el personaje quería dirigirlo todo desde un medio que ni siquiera era suyo. Que es de unos socios de los que abusó como le dio la gana.


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ESE PERSONAJE NO ES OTRO que Alberto Federico Ravell, quien llegó a pensar que con Globovisión tenía controlada a la oposición, a la cual le daba espacio de acuerdo con sus intereses y conveniencias. Que tenía contra la pared al gobierno de Chávez. Que llegó a creer que montando chantajes mediáticos que le dejaban beneficios crematísticos podía acorralar a ministros, parlamentarios, gobernadores, alcaldes, jefes militares. Que pensó que Chávez sucumbiría a esos chantajes y a lo que decía día y noche por el canal contra el Jefe del Estado: infamias de todo tipo; insultos más insólitos. Imaginaba que tenía agarrado a Dios por la chiva. En fin, el guapo de barrio que cuando menos lo piensa alguien, el día menos pensado, le da unos cuantos carajazos.


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TRABAJÓ ARDUAMENTE PARA DERROCAR a Chávez. Fue en gran medida el armador de la trama del 11 de abril y luego del golpe petrolero; el estimulador de la guarimba y de los actos de terrorismo, ayer y hoy -actualmente con la nueva conspiración- pero que como buen capitán araña siempre salió liso mientras otros se jodían. Hasta que reventó la cuerda y colmó la paciencia de los socios. No sale por presión del Gobierno, argumento que seguramente él rescatará para presentarse como mártir, sino por la reacción de Zuloaga y Mezerhane, y de los familiares de éstos que estaban hasta la coronilla con las atribuciones que se tomaba Ravell. Hartos de las reacciones que la conducción del canal despertaban en el país y molestos con sus aspiraciones a ser candidato a la Asamblea Nacional apoyado por el partido Globovisión.


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¡HASTA CUÁNDO!, EXCLAMARON. Tanto va el cántaro al agua hasta que se rompe. Y eso fue lo que pasó. No hay misterio ni secreto. El escándalo lo pondrá el ponchao. El que siempre aspiró a ponchar a Chávez -y dizque inventó la consigna- y ahora acaba de poncharse espectacularmente. Así es la vida. El personaje tendrá que buscarse otro juguetico.


PD: Como este escribidor suele decir -y perdón por la auto-cita-, la política es deliciosa por las sorpresas que da. Resulta que por los correos que estoy recibiendo y los mensajes de “twitter”, la oposición es la que está más alegre con la caída de Ravell. Sostiene que ahora sí irá unida. ¿Será verdad?